Los de mayor dureza, aunque no tienen elasticidad. Son óptimos para las cargas más pesadas, resisten más que los plásticos y evitan la abrasión.
Sellado de juntas y uniones.
Protección de bordes y esquinas.
Reflector de calor radiante.
Reparación y refuerzo de láminas de aislamiento.
Acabado estético.
Reflectividad.
Barrera contra la humedad y la condensación.
Protección contra la radiación solar.
Durabilidad y resistencia.
Flexibilidad y facilidad de instalación.